jueves, 2 de mayo de 2013

2/5/13

2/5/13
 
Querido desconocido:
 
¿Para qué vivimos? ¿Para morir simplemente? Nacemos, morimos y volvemos a nacer. Creo que en realidad nunca llegamos a morir, o quizá solo es una excusa para callar a mis remordimientos.
Aunque actualmente no se si me preocupo por algo real o si todo fue un sueño.
Desperté junto al cuerpo de mi hermano, es como si hubiera estado durmiendo durante más de una semana. Mis músculos estaban tan entumecidos que me costaron unos diez minutos levantarme.
Los cadáveres no están, no hay sangre ni cuchillos, clavos, cristales...nada. Solo lo último que te escribí da testimonio de lo que pasó.
Nate vino ayer y no pude más, se lo conté todo.  Lo bueno es que no salió corriendo, pero nunca podré olvidar la expresión de terror que cruzó su rostro ni la forma en que me miraron sus ojos de esmeralda.
Estoy casi segura de que el verdadero demonio utiliza su voz para confundirme, Nate es inofensivo y siempre (desde que lo conozco) ha estado ahí. O quizá no quiero admitir que sea un Señor de las Tinieblas porque es él único que me queda.
No sabes cuanto extraño a Jake.